Día Internacional para la Tolerancia
Las Naciones Unidas se han comprometido a mejorar la tolerancia
mediante el fomento de la comprensión entre los pueblos y culturas. Este imperativo se encuentra en la base de la Declaración Universal de los Derechos Humanos y la Carta de las Naciones
Unidas, y es más relevante que nunca en un momento en el que el radicalismo
más violento y el extremismo van en aumento, al igual que los conflictos por el menosprecio de la vida humana.
¿Cómo se puede luchar contra la intolerancia?
1. En un un marco legal
Los gobiernos deben aplicar las leyes sobre los derechos humanos, y garantizar un acceso igualitario a la justicia.
2. Mediante la Educación
La intolerancia nace a menudo de la ignorancia y del miedo: miedo a lo desconocido, al otro, a culturas, naciones o diferentes religiones.
La intolerancia nace a menudo de la ignorancia y del miedo: miedo a lo desconocido, al otro, a culturas, naciones o diferentes religiones.
La intolerancia surge también de un exagerado valor de lo
propio y del orgullo personal, religioso o nacional. Generalmente este tipo de sentimientos son producidos a edades muy tempranas.
3. Acceder a la información
La intolerancia se vuelve más peligrosa cuando individuos o grupos de
individuos la usan con fines políticos o territoriales. Identifican un
objetivo y desarrollan argumentos falaces, manipulando los hechos y mintiendo a la opinión pública con desinformación y
prejuicios.
4. Conciencia individual contra la lucha por la Tolerancia
La intolerancia religiosa, los estereotipos, los insultos y las bromas raciales son ejemplos de como al estar en un grupo determinado nos puede afectar convirtiendolo en algo cotidiano.
Para luchar contra la Tolerancia es necesario que cada uno examine su papel
en el círculo vicioso que lleva a la desconfianza y a la violencia.
5. Luchar contra la intolerancia exige soluciones locales
Los problemas que nos afectan son cada vez más globales pero las
soluciones pueden ser locales, casi individuales. Ante una aumento de
intolerancia, los gobiernos o las instituciones no pueden actuar solos.
Todos formamos parte de la sociedad y tenemos una gran fuerza a la
hora de enfrentarnos a la intolerancia. La no-violencia puede ser una
herramienta muy efectiva para confrontar un problema, crear un
movimiento, demostrar solidaridad o
desacreditar la propaganda del odio.
Referencias externas:
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