La tolerancia, ni indulgencia ni indiferencia: respeto
Las Naciones Unidas se han comprometido a fortalecer la
tolerancia mediante el fomento de la comprensión mutua entre las
culturas y los pueblos,
y es más importante que nunca en una era en que el extremismo y el
radicalismo van en aumento y en que se amplían los conflictos
caracterizados por un menosprecio fundamental de la vida humana.
¿Cómo luchar contra la intolerancia?
- Luchar contra la intolerancia exige un marco legal
Los Gobiernos deben aplicar las leyes sobre derechos humanos, prohibir
los crímenes y las discriminaciones contra las minorías,
independientemente de que se cometan por organizaciones privadas,
públicas o individuos. El Estado también debe garantizar un acceso
igualitario los tribunales de justicia, a los responsables de derechos
humanos y a los defensores del pueblo, para evitar que las posibles
disputas se resuelvan por la violencia.
- Luchar contra la intolerancia exige educación
Las leyes son necesarias pero no suficientes para luchar contra la
intolerancia y los prejuicios individuales. La intolerancia nace a
menudo de la ignorancia y del miedo: miedo a lo desconocido, al otro, a
culturas, naciones o religiones distintas. La intolerancia también surge
de un sentido exagerado del valor de lo propio y de un orgullo
personal, religioso o nacional, exacerbado. Estas nociones se aprenden a
una edad muy temprana. Por eso es necesario poner énfasis en la
educación y enseñar la tolerancia y los derechos humanos a los niños
para animarles a tener una actitud abierta y generosa hacia el otro. La
educación es una experiencia vital que no empieza ni termina en la
escuela. Los esfuerzos para promover la tolerancia a través de la
educación no tendrán éxito si se aplican a todos los grupos en todos los
entornos: en casa, en la escuela, en el lugar de trabajo, en el
entrenamiento de las fuerzas del orden, en el ámbito cultural y en los
medios sociales.
- Luchar contra la intolerancia requiere acceder a la información
La intolerancia es especialmente peligrosa cuando individuos o grupos de
individuos la usan con fines políticos o territoriales. Identifican un
objetivo y desarrollan argumentos falaces, manipulan los hechos y las
estadísticas y mienten a la opinión pública con desinformación y
prejuicios. La mejor manera de combatir estas políticas es promover
leyes que protejan el derecho a la información y la libertad de prensa.
- Luchar contra la intolerancia requiere una toma de conciencia individual
La intolerancia en la sociedad es la suma de las intolerancias
individuales de todos sus miembros. La intolerancia religiosa, los
estereotipos, los insultos y las bromas raciales son ejemplos de
intolerancia que se viven en lo cotidiano. La intolerancia lleva a la
intolerancia y para luchar de forma efectiva es necesario que cada uno
examine su papel en el círculo vicioso que lleva a la desconfianza y a
la violencia en la sociedad. Todos debemos preguntarnos: ¿soy una
persona tolerante? ¿Juzgo a los otros con estereotipos? ¿Rechazo a los
que me parecen diferentes?
- Luchar contra la intolerancia exige soluciones locales
Los problemas que nos afectan son cada vez más globales pero las
soluciones pueden ser locales, casi individuales. Ante una escalada de
intolerancia, los gobiernos o las instituciones no pueden actuar solos.
Todos formamos parte de la solución y tenemos una enorme fuerza a la
hora de enfrentarnos a la intolerancia. La no-violencia puede ser una
herramienta muy efectiva para confrontar un problema, crear un
movimiento, demostrar solidaridad con las víctimas de la intolerancia o
desacreditar la propaganda fomentada por el odio.
Referencias externas:
0 comentarios: